Dragones y mariposas, por Neo Hammer
A bordo de lo que parecía una ultramoderna nave espacial con una decoración mínima pero muy colorida, se abren las puertas de un laboratorio futurista. A una hora indeterminada y...
Sintiendo Mariposas.
Sentir mariposas. Escucho la frase y pienso que qué suerte, que yo nunca he sentido mariposas en el estómago. Tampoco he sufrido porque me hayan dejado y tampoco he tenido lo bonito de sentirme querida y pensar que hay alguien que piensa en mí.
Cuando veo a mis amigas con ese brillo en los ojos y no hacen más que hablar de esa sensación lo único que pienso es y que a mí qué me importa. Prefiero que no me lo cuenten, no quiero saberlo porque lo único que siento es envidia y no de la sana y aunque en ese momento me sienta fatal lo disimulo muy bien, me río, les pregunto, me interesó de corazón e incluso me alegro y aunque nunca lo diré, pondré cara de póquer y luego cuando esté a solas lloraré porque no sé por qué yo no me merezco esas mariposas en mi estómago.